Colaborando contra
el hambre oculta

Millones de personas sufren desnutrición en el sentido de hambre oculta. Carecen de vitaminas y minerales importantes sin saberlo porque los alimentos básicos que tienen a su alcance a menudo no los contienen. Sin embargo, todos los días consumimos pan, productos de panadería, pasta y otros alimentos a base de harina. Por tanto, ¿qué podría ser más natural que enriquecer directamente nuestro alimento básico – la harina – con los micronutrientes de los que carece? ¿Y puede ser ésta una forma rápida y sencilla de contribuir en pequeña medida a suministrar nutrientes adicionales como hierro, zinc, yodo y ácido fólico a amplios sectores de la población? ¡Nada! La fortificación o el enriquecimiento de la harina ayuda a prevenir el hambre oculta. Muchos gobiernos incluso lo están haciendo obligatorio. La OMS también recomienda el enriquecimiento de la harina para alimentos básicos importantes.

Llevamos muchos años apoyando a nuestros clientes de la industria molinera en la aplicación técnica de la fortificación de la harina. Y, en este contexto, también asesoramos a organizaciones benéficas, asociaciones y organizaciones no gubernamentales internacionales.

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Datos sobre la fortificación
El valor nutritivo como valor añadido

Llevamos muchos años trabajando con nuestros socios para combatir el hambre oculta. Por ejemplo, en el marco del proyecto Smarter Futures con la Food Fortification Initiative (FFI), la Global Alliance for Improved Nutrition (GAIN) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), por citar sólo algunos.

Según la FFI, 91 países exigen actualmente que la harina de trigo esté fortificada. En 2002 solo lo exigían 38 países. Cada vez son más los países que recurren a la fortificación de sus alimentos básicos. Y nosotros les ayudamos a conseguirlo. Al lado de nuestros socios y clientes, los fabricantes de harinas. Con soluciones de enriquecimiento de la harina a medida y específicas para cada país.

Las carencias de micronutrientes pueden tener graves consecuencias para nuestra salud. Entre las posibles consecuencias se encuentran el retraso del crecimiento y del desarrollo cerebral en los niños, la disminución del rendimiento físico y mental y el aumento de la susceptibilidad a las infecciones. Por ello, los fabricantes de harinas contribuyen de forma importante a mantener la salud de la población enriqueciendo sus harinas.

Annette Büter, Responsable de Aplicaciones Técnicas de Fortificación de las Harinas

Por un mundo
sin desnutrición

Mejorar la harina y añadirle micronutrientes es una cosa. Otra es estar pendientes y ayudar a la aplicación global directamente en las fábricas de harinas. Nosotros hacemos ambas cosas. Como proveedor de mezclas preparadas y sistemas de dosificación de micronutrientes y como consultor técnico y socio también de ONG. Por ejemplo, el proyecto Smarter Futures, en el que hemos participado junto con la Iniciativa de Fortificación de Alimentos (FFI), el Programa Mundial de Alimentos y los programas Nutrition International, IF Global Bühler y Nouryon.

Ofrecemos un paquete completo de medidas para que la fortificación de la harina pueda integrarse fácil y eficazmente en la rutina diaria de las fábricas de harinas. Además del apoyo técnico y tecnológico, la transferencia de conocimientos a través de seminarios y talleres también desempeña un papel importante.

Leo Schulte-Vennbur, Responsable de Producto de Ayuda Alimentaria y Fortificación

Dosis mínima,
efecto máximo

Durante la fortificación, la harina se enriquece con cantidades mínimas de vitaminas y minerales. ¡Normalmente, en una dosis de 200 a 600 gramos por tonelada de harina! Esta dosis mínima también garantiza que el sabor, el color y las propiedades de panificación permanezcan inalterados.

Somos uno de los líderes del mercado en la producción de mezclas preparadas para la fortificación de la harina. Actualmente suministramos nuestra marca ELCOvit a más de 80 países.

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